El Mundo no era sino niebla cuando las Hadas llegaron.

Permanecieron calladas y ocultas hasta que el Hombre aprendió a mirar con los ojos del alma y pudo ver más allá de su razón.

Entonces las Hadas se hicieron visibles. Enseñaron al Hombre a creer en sus sueños y a esperar lo imposible.

Le hablaron de flores que guardan secretos, del agua que sabe canciones, del árbol amigo, del viento, del cielo y la tierra y del misterio escondido en cada cosa que existe.

Le contaron que viven en la luz y en el aire, que se ocultan de todo el que duda y a aquellos que creen, les muestran su Reino y les nombran Guardianes de la Fantasía.

Y también prometieron quedarse mientras viva en la Tierra algún ser humano que sepa que existen y recuerde el camino que lleva a su encuentro.

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